jueves, 3 de junio de 2010

Desierto

Se derriten
las sombras
y la tarde
se apaga
en el fondo
del mar.
Lo que
queda
es el cielo
y esta
inmensa
certeza
que no
encuentra
un lugar.
Los pájaros
huyeron,
vacíos
de volar.
Mis pasos
se agigantan
vagando
en soledad.
La arena
es un desierto
y mi corazón
furtivo
no deja
de buscar.

Silvia Rodríguez Ares
1/06/2010
Derechos de Autor Reservados - 2010

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