Una llama que consume...
Los ecos
se llenaron
de sentido
cuando
tu palabra
ardió.
Las sombras
se esfumaron
en suspiros
y el conjuro
del silencio
en mi boca
se asfixió.
Una llama
que consume
desde el miedo
hasta la duda
se hizo carne
en mi cordura
y ya nada
me importó.
Silvia Rodríguez Ares
7/06/2010
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