Me
imagino
con los
ojos
del
invierno.
Y qué
podría
iluminar
para
entibiar
la soledad
las noches
frías
en las
calles
las baldosas
sin
estrellas
que
congelan
la esperanza
de que
un día
salga
el sol
para
alumbrar
con una
hoguera
tantos
ojos
desahuciados
y abrigar
la desazón
de tantas
manos
que se
extienden
y no
encuentran
más que
piedra
frío
y piedra
viento
y días
que se
van.
Silvia Rodríguez Ares
1/07/2010
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