sábado, 21 de agosto de 2010

Testigo ardiente

¿Hasta

dónde

puedo

acariciar

el fuego

sin quemarme

con esquirlas

de su piel?


Transito

el borde

incandescente

como

un bello

cuerpo

del Infierno

para

conocer

en carne

propia

los deleites


y ahora

soy

testigo

ardiente

del misterio

inconfesable

de ese

oscuro

cielo

de placer.


Silvia Rodríguez Ares

19/8/2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario