martes, 7 de septiembre de 2010

After office

No conviene

que el amor

descanse

demasiado


habría

que pasearlo

en las mañanas


que camine

con nosotros

mientras

vamos

al trabajo

que se meta

en los cajones

de los escritorios

que revuelva

los papeles

que los rompa

que conteste

celulares

que equivoque

los mensajes

que transgreda

los teclados

porque

él puede


y si quiere

dejar

flores

en lugar

de los informes

nadie

va a decirle

nada


hasta

creo

que unos

cuantos

tratarán

de conquistarlo

con propuestas

indecentes

para

llevárselo

a casa

cuando

se hagan

las seis.


Silvia Rodríguez Ares

25/8/2010

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