domingo, 15 de enero de 2012

Exilio

Aun recuerdo aquel naufragio

y tantas bocas dentro.


Creía que en el mar

había un concierto de violines

que los dioses me invitaban

a una fiesta

que mi canto era perfecto

que la música anunciaba

algún perdón.


Cuando las arpías se comieron

mis escamas

Hermes se llevó los remos

y la voz de Orfeo borbotaba

versos

(que no eran para mí).


Silvia Rodríguez Ares

3/6/2011

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