jueves, 26 de enero de 2012

From top

Desde arriba

contemplar no es fácil.


La cabeza

es demasiado grande y

pesan tanto las razones

que los párpados

se obturan.


Cuesta un poco

abrir los ojos en el viento

y distinguir

-entre las nubes-

la serpiente.


Silvia Rodríguez Ares

3/9/2011

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