es esta piel
cuando la luna crece
y la mirada avanza.
Restos de la noche
me protegen de creer en esta
flor desnuda
que devora el cielo.
Mi cuerpo azul
ampara nubes
que destilan el candor
que ansío.
Somos muchas soledades
luminosas
divagantes
en un sueño oscuro.
Silvia Rodríguez Ares
30/3/2012
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