domingo, 7 de abril de 2013

Inverosímil



Miel de almendras en tu cuerpo.

Me acercaba, inverosímil, yo,
zumbido de una abeja blanca.

Vos soñabas la dulzura
que emanaba tu corteza.

Y no supiste cuándo, con qué boca,
devoré tu carne

y rasgué tu sueño con mis uñas de algodón.

Silvia R. Ares
7/4/2013

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