Está vedado a los mortales
conocer el fuego,
secreto de la carne elemental,
refugio de algún dios en su carencia.
Tocarlo sí se puede.
Arder y proclamarse antorcha.
Robarlo con los ojos en el humo
diría que también.
Silvia Rodríguez Ares
17/9/2013
Foto: Carlo Tarsia
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