viernes, 11 de junio de 2010

Asomarse

Una gota
de veneno
no hace
mal.

Ajustar
un poco
más
la cuerda
y aflojar.

Asomarse
de cabeza
al precipicio
y, después,
un paso
atrás.

Deslizarse
por el filo
de la noche,
tambalearse
en la cornisa
y caerse
en una silla.

Doblegarse,
acomodarse,
darse
un baño
de impotencia.

Leer
el diario,
oír
la radio.

Y comentar
con los vecinos
qué terrible
es este
mundo,
no se puede
estar
en paz.

Silvia Rodríguez Ares
11/06/2010

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