llegaron
a destiempo,
la luna
se desbarrancó
en el mar.
Un remolino
de estrellas
desdentadas
se precipita
en relámpagos
de sal.
Flota
el desvelo
y, a puro
trueno,
la fantasía
nunca
deja
de brillar.
Silvia Rodríguez Ares
5/06/2010
Derechos de Autor Reservados - 2010
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