un sorbo
-hoy
necesito-
de mi
escasa
libertad
de diez
centavos
conquistada
a cuentagotas
en algún
charco
de sed.
Una
dosis
en mi boca
y otra
dosis
en mi sangre
en el aire
que
respiro
no duraría
un segundo
con tantas
lenguas
mirando
y tantos
ojos
sin beber.
Silvia Rodríguez Ares
31/7/2010
Der. autor reservados - 2010