lunes, 28 de marzo de 2011

Corrías a la sombra...

Corrías a la sombra

de mi lámpara encendida.

Tu reflejo se alargaba,

mi blancura se extinguía.


Pronto, aquel relámpago

en la carne.

Y en el mismo fuego,

nuestra oscuridad.


Silvia Rodríguez Ares

24/3/2011

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