lunes, 28 de marzo de 2011

En el lago

Agito suavemente

el aire con mis manos.


El agua se despierta.

Un pájaro se baña,

aletea y canta.


Los lirios multiplican

su plumaje ralo.

Ondulan las orillas,

se estremecen los reflejos

de los sauces.


Yo me alejo y tiemblo,

mientras en el lago

vuelve la quietud.


Silvia Rodríguez Ares

21/3/2011

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