las alondras.
Nadie cantará en la orilla
cuando el náufrago
regrese de altamar.
Las sirenas ahora escriben
libros de aventuras
y los venden en el muelle
a los efebos.
Penélope seduce a los turistas
y un perro desdentado ladra
en memoria del rey.
Silvia Rodríguez Ares
14/4/2011
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