miércoles, 29 de junio de 2011

En flor

El cuerpo exhibe los fantasmas

que en la noche abren las puertas

del jardín de invierno.


Desfilan las siluetas ateridas,

siempre agazapadas a la espera

de lo que no llega o ya se ha ido

o tal vez espera oculto

hasta que la lámpara se duerma.


Pero nadie quiere

deambular a oscuras.

Aun el miedo ama la luz.


Ver los ojos del suplicio

en la cara de una rosa,

pernoctar en su fragancia

mientras en el aire la tiniebla brilla y baila

como espectro en flor.


Silvia Rodríguez Ares

13/4/2011

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