a merodear la escarcha.
Dos luceros en la fuente
cristalizan los temblores.
Se agudiza el canto azul
de las alondras de humo.
Un cuchillo precipita
el grito en la negrura.
Quiero huir con estas manos
que lastiman las puertas.
Silvia Rodríguez Ares
19/7/2011
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