Junto con el sol,
la casuarina que engendró palabras
agoniza.
Blanda en esta siesta,
con sus vástagos a media lengua.
Acaso sepa que ya es tarde
para el sol de enero,
que se lleva las palabras
cuando brotan
y las quema
para no morir.
Silvia R. Ares
23/1/2013
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