miércoles, 29 de junio de 2011

Vencejo

Bordeaba la brisa

el vencejo que arranca del labio

su canto de amor.


La niebla sugirió que el viento

disipara la tormenta de alas negras

que azotaba la mirada del otoño.


Pero nadie oyó.


Silvia Rodríguez Ares

4/4/2011

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