Deslizo margaritas
en la piel de la
montaña.
Con qué aroma
caen los pétalos de barro,
alquimia de una flor en las alturas.
Y qué luz
desprende el aire
en un gesto de alegría y redención.
Me conmueve la simpleza de lo bello.
Lloraría, si pudiese,
pero el vértigo del alma invierte los sentidos.
Me aferro de una piedra
y contemplo lo que amé.
Silvia R. Ares
8/4/2013