la mujer se cubre
el cuerpo frío,
alarga el brazo
hasta sentir
las medias rojas.
A un lado deja
el manto grueso
del insomnio,
la luz que mueve
el techo
la encandila.
Cuelgan
de la noche
manos blancas,
arañas tejen
una luna nueva.
Silvia Rodríguez Ares
25/6/2011
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