La llave del silencio se quebró.
Giro el picaporte con palabras y la puerta
no se abre.
Un golpe, otro más, la sangre entre las manos.
Duelen las astillas que lastiman la garganta.
En la puerta escribo.
Un mensaje, nada, algo rojo y transparente.
Silvia R. Ares
29/3/2013
Me trae a la memoria las veces que golpeé la puerta equivocada.......
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