La llegada del invierno es inminente.
Se alborotan mariposas porque duele.
¿Todo el sol se apagará?
¿Y qué de nuestro fuego ingenuo?
Si fuéramos feroces,
rasgaríamos el cielo por la espalda, sin piedad.
No somos lobos.
Despidamos esta lluvia leve que se esfuma.
Silvia R. Ares
2/5/2013
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