Testigo ardiente
¿Hasta
dónde
puedo
acariciar
el fuego
sin quemarme
con esquirlas
de su piel?
Transito
el borde
incandescente
como
un bello
cuerpo
del Infierno
para
conocer
en carne
propia
los deleites
y ahora
soy
testigo
ardiente
del misterio
inconfesable
de ese
oscuro
cielo
de placer.
Silvia Rodríguez Ares
19/8/2010
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