y tantas bocas dentro.
Creía que en el mar
había un concierto de violines
que los dioses me invitaban
a una fiesta
que mi canto era perfecto
que la música anunciaba
algún perdón.
Cuando las arpías se comieron
mis escamas
Hermes se llevó los remos
y la voz de Orfeo borbotaba
versos
(que no eran para mí).
Silvia Rodríguez Ares
3/6/2011
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