me estremece.
No soy yo,
es la calma de mis alas
lo que da brillo a la hierba.
Mi susurro
se hace verde,
quiere verte inmenso
en este vuelo que inaugura
migraciones.
A tu encuentro voy,
desde el corto cielo
de un jardín imaginario.
Hacia el centro de los ojos
de un futuro resplandor.
Silvia Rodríguez Ares
12/6/2011
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