Tenemos la certeza
que precede al sismo.
Al acecho de la nada,
sólo un pájaro se mueve.
Ni siquiera huye,
merodea las estatuas
y pregunta a los faroles
en qué nido vive Dios.
Silvia R. Ares
9/4/2013
Foto: La Pléyade Perdida
(Randolph Rogers)
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