el aire con mis manos.
El agua se despierta.
Un pájaro se baña,
aletea y canta.
Los lirios multiplican
su plumaje ralo.
Ondulan las orillas,
se estremecen los reflejos
de los sauces.
Yo me alejo y tiemblo,
mientras en el lago
vuelve la quietud.
Silvia Rodríguez Ares
21/3/2011
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