de las ramas
sin los pájaros cansados
de su vuelo?
Fueron el espejo
pero no llegó la luz
a la madera.
Fueron una sombra
pero no alcanzó lo oscuro
en la corteza.
Fueron la palabra
-pero hablarle
¿a quién?-
Silvia Rodríguez Ares
11/5/2011
¡Hola, amigos! Soy Silvia Rodríguez Ares. Los invito a entrar en mi mundo de poesía. Bienvenidos.
de las ramas
sin los pájaros cansados
de su vuelo?
Fueron el espejo
pero no llegó la luz
a la madera.
Fueron una sombra
pero no alcanzó lo oscuro
en la corteza.
Fueron la palabra
-pero hablarle
¿a quién?-
Silvia Rodríguez Ares
11/5/2011
grandes bocas
miran
luces que han nacido
muertas
dentro de un cartel
están
formas laxas
cuerpos de la nada
brincan
voces que en la bruma
afloran
un concierto
dan
Silvia Rodríguez Ares
11/5/2011
lleno de presagios
grietas en el borde
de la luna
qué misterio acecha
con los dientes
viaja en esta nave hundida
mi paloma suelta
lleva tréboles de cuatro hojas
y una flor de lis.
Silvia Rodríguez Ares
10/5/2011
la montaña cae
aplasta al cielo
el agua se derrama
por el centro de la mesa
llueve hasta en la tierra
brota una azalea
el pájaro de arena
vuelve a su matriz
Silvia Rodríguez Ares
10/5/2011
en tu mirada tibia
y hasta el aire
que te atrapa las manos
se parece a mí.
Silvia Rodríguez Ares
16/2/2011
divagan en mi pensamiento
¿cómo expresar
la cadencia de este río
sin ser yo la ola
ni el pez ni la gota...
(deslizándome)?
Silvia Rodríguez Ares
17/2/2011
era una llama
que reinaba indiferente
y encendí mi tea
para enaltecer
el brillo de la Luna.
El viento -agazapado
por mi brazo-
me enseñó que
nadie sabe
lo que el fuego piensa
hasta que se extiende
sobre un crucifijo de madera
y lo hace temblar.
Silvia Rodríguez Ares
17/2/2011
enamorada de la piel oscura
que la erosionaba
y ahora en las caricias
brotan piedras
que rodean el desierto
como un gran collar.
Silvia Rodríguez Ares
17/2/2011
hurgando a tientas.
¿Yendo dije?, no.
A tientas, sí.
Abajo es tan sutil
la línea de la luz.
Oscuro es el espacio
del intento.
Un poco más allá subyace
la moneda de oro.
El pozo brilla.
Lustro con la mano
otro pretexto
para vivir.
Silvia Rodríguez Ares
8/5/2011
de cristal
el sueño
encierra
se abre
con los ojos
que me esperan
dentro.
Silvia Rodríguez Ares
5/5/2011
y otro
y otro.
Asciende la punta del lápiz
con unos sencillos trazos.
Alcanza la meta.
Resbala en un borde arrugado.
La miro al caer.
Silvia Rodríguez Ares
4/5/2011
guardo cada pétalo
en otoño.
Antes de la madrugada
riego los perfumes
con mi aliento.
Crecen las alondras,
brotan manantiales
del jardín reseco.
Nuevas flores no.
Silvia Rodríguez Ares
27/4/2011
al corazón de la bandada.
¿Tiene alma el vuelo?
¿Puede ver
las ramas de los mirtos
que se extienden
por los surcos de las alas?
La raíz sigue soñando
con los ojos negros de un gorrión.
Silvia Rodríguez Ares
27/4/2011
en aguas profundas
y ver el azul transparente
de un líquido instante
que pierde el sentido
al volver a nadar.
Cuando llego al muelle
duermo bajo el sol
y me evaporo,
como una gota más.
Silvia Rodríguez Ares
27/4/2011
Mis pequeños dioses
siguen reclamando sacrificios.
Les di a todos ellos
mis pocas palabras
mis cuatro sentidos
mi noche y un plato
de sopa caliente de ayer.
Pero quieren más.
Silvia Rodríguez Ares
25/4/2011
marca las ocultas rutas
que atraviesan lo irreal.
Sin llaves ni manos,
ante cada puerta espera
eternamente.
Alguien golpeará.
Silvia Rodríguez Ares
25/4/2011
y frío en el calor antiguo
un centauro y una hiena
ensayan su ritual
en mi cabeza
los que me odian
tienen tanto de razón
los que me aman
creo que también la tienen
a todos les regalo
una sonrisa
es lo único que dejo
cuando cierro cada puerta
a mis espaldas
cargo la mochila al hombro
y voy perdiendo
-en esta lluvia-
otra canción.
Silvia Rodríguez Ares
22/4/2011
la ventana abierta
obliga a contemplarla
casi de soslayo
produce que los músculos
se tensen.
Tal vez, en este instante,
el aire me sorprenda
algún llamado de la niebla
-o de la noche-
llegará
Silvia Rodríguez Ares
21/4/2011
del cielo
abre una esfera
que destella
la corriente
adversa
es hacia abajo
donde
el rayo
es más feroz
Silvia Rodríguez Ares
21/4/2011
en lluvias lentas
el dolor no duerme
y flota
en la tormenta
que no fue
Silvia Rodríguez Ares
21/4/2011
convierte
mis lamentos
en cristales
para bien
de mis oscuras
flores
sean las lágrimas
la justa pena
que redima
al sol
Silvia Rodríguez Ares
21/4/2011
que gotea
y sangra
en el estanque
la canilla
pierde litros
de mi rabia
llueven
filos uñas
por los ojos
tienen
que salir
Silvia Rodríguez Ares
20/4/2011
de morir
mi cuerpo es un espejo
de olas rotas
sonríe por la luz
y por el agua
por la fuerza
y por el golpe adentro
sonríe por la risa
desigual
y por el frío
de la vida eterna
sonríe porque al fin
Silvia Rodríguez Ares
20/4/2011
¿Qué se llevará de mis mañanas
esta luz que opaca
a las cigarras?
Si canto es por ellas,
porque me miraban
y eran verdes como el aire
que yo amaba.
Ahora -en lo oscuro-
dudo del murmullo
de mi pensamiento
y confundo este crepúsculo
que calla
con desolación.
Silvia Rodríguez Ares
20/4/2011
en este cielo
un borde
un rayo
un horizonte
un cúmulo de
noches y alboradas
dejo un punto
incierto
por el que
me voy
Silvia Rodríguez Ares
19/4/2011
un hueco
algo no termina
de colmar la boca.
Chocan adjetivos
sin hallar el nombre
hay un verbo suelto
que a nadie le importa
cuatro puntos suspensivos:
uno está de más.
Silvia Rodríguez Ares
18/4/2011
en el río
reverbera la marea
los peces de agua turbia
se lamentan
el musgo ahora es un
dulce lirio
(que ocultó su raíz)
Silvia Rodríguez Ares
19/4/2011
esparce recorridos
multiplica las raíces
y las aguas
deja ramas y rumores
que los pájaros comprenden
desentierra encrucijadas.
Se abre el bosque
al despertar el alba
mi ventana siente
en sus cortinas transparentes
una leve agitación.
Silvia Rodríguez Ares
19/4/2011
del frío
el blanco
se deshace
el gris es
permanente
el negro da un
reflejo y allí
está mi
corazón
Silvia Rodríguez Ares
16/4/2011
soplo
desairo
voy
Llego tarde cuando
las palabras nunca
me nombraron donde
el vendaval pasó
Silvia Rodríguez Ares
16/4/2011
las alondras.
Nadie cantará en la orilla
cuando el náufrago
regrese de altamar.
Las sirenas ahora escriben
libros de aventuras
y los venden en el muelle
a los efebos.
Penélope seduce a los turistas
y un perro desdentado ladra
en memoria del rey.
Silvia Rodríguez Ares
14/4/2011
que en la noche abren las puertas
del jardín de invierno.
Desfilan las siluetas ateridas,
siempre agazapadas a la espera
de lo que no llega o ya se ha ido
o tal vez espera oculto
hasta que la lámpara se duerma.
Pero nadie quiere
deambular a oscuras.
Aun el miedo ama la luz.
Ver los ojos del suplicio
en la cara de una rosa,
pernoctar en su fragancia
mientras en el aire la tiniebla brilla y baila
como espectro en flor.
Silvia Rodríguez Ares
13/4/2011
Ambos lazos de las huellas
acompañan nuestro andar abierto.
Hay un puente largo que bordea el río,
lo cruzamos sin mojarnos,
sin caer en la corriente que golpea los pasos.
Turbio, el aire, en la hondonada.
En la orilla nos esperan piedras cristalinas
que brotan del sol.
Silvia Rodríguez Ares
12/4/2011
la acrobacia es infinita.
Tanto cielo pierdo en cada vuelo
que me quedaría inmóvil.
Los que miran hacia arriba aplaudirían
la osadía del gesto en suspenso.
Pero no comprenderían nunca
la simpleza del salto inmortal.
Silvia Rodríguez Ares
11/4/2011
contenían mis certezas.
Son las mismas que gotean el salitre
en mis mejillas.
El sol las espeja en una grieta
por donde mi padre mira,
sopla su pañuelo bruno, me lo ofrece
y después se va.
Silvia Rodríguez Ares
11/4/2011
túneles abstractos.
El domingo hay pase libre
para todos.
Los que van de ida
vuelven.
Los que vuelven
buscan un trasbordo
para no llegar.
Silvia Rodríguez Ares
10/4/2011
me enredé en un lazo verde.
Las magnolias que crecían
se subían por mis piernas,
con los pétalos volaba,
era dulce hasta treparse
de los postes de la luz.
Ante tanta agitación,
llegó la guardia urbana
e intervino el cielo.
La bandada era inocente,
las magnolias se entregaron.
El lazo verde era tan verde
que me delató.
Silvia Rodríguez Ares
9/4/2011
en la ausencia somos muchos
pero vamos separados.
Le aviso a esta mano
que otra mano espera cerca.
El pie se adelanta
por sobre la línea de llegada.
Un tropel lo aplasta.
El polvo se agiganta.
Despista en el vacío cotidiano.
Anónimos competidores desmembrados
pugnan por llegar.
Silvia Rodríguez Ares
8/4/2011
La pared es una mancha quieta.
Los contornos se diluyen
pero no dejan pasar la luz.
Giro el picaporte roto
de la puerta ciega.
En la calle, una pareja de fantasmas
que sonríe
me ofrece un bastón.
Silvia Rodríguez Ares
7/4/2011
mi trayecto errátil.
Como ungido sucedáneo
de mis pasos,
me acompaña a disolver
mi cuerpo en aire.
En mis manos caen
las gotas de mi aliento,
mis brazos se elevan
con la luz del sol.
A la vera del camino
sopla el viento,
yo lo atraigo
y me descubro viva.
Exhalando crezco,
inhalando soy.
Silvia Rodríguez Ares
6/4/2011
me adormezco
y me levanto insomne.
El cielo es ancho y largo,
apenas si lo habito.
El sueño me abandona
en medio de lo oscuro
-acaso sea mi sombra-.
El tiempo que transcurre
tiene los ojos abiertos.
La noche pasa lenta, no me mira.
A mi lado el día avanza
y ya se va.
Silvia Rodríguez Ares
5/4/2011
y el silencio me rodeaba
con sus aguas claras.
Yo me hundía en el remanso
hasta llenar la transparencia,
sumergía mis ensueños
en la espuma de mi vida niña
y la sal -aun bajo el sol-
me protegía de los vientos.
Pero un día tanta arena
se filtró en mis ojos al caer la tarde,
el frío se adueñó de la corriente,
el tiempo dio la vuelta tras el aire,
un barco se llevó mi playa
y me dejó un rumor.
Silvia Rodríguez Ares
4/4/2011
el vencejo que arranca del labio
su canto de amor.
La niebla sugirió que el viento
disipara la tormenta de alas negras
que azotaba la mirada del otoño.
Pero nadie oyó.
Silvia Rodríguez Ares
4/4/2011
hasta tu puerta.
Subo entre la hiedra
de mis rayos verdes
que te tocan.
Desenvaino soles
para entrar en vos.
Traspaso tu sombra
y tu mano me aprieta.
Dentro de tu cuerpo
siento que mi flor cautiva
resplandece
y la hierba que emerge
en mi carne
crece de tu piel.
Silvia Rodríguez Ares
3/4/2011
los extraños pasadizos de los ojos,
los portales de la noche,
la lámpara que apaga nombres.
De tanto en tanto alguna luz me inquieta
con su bello canto de sirenas.
Sólo miro y no recuerdo.
Reverbero en un silencio, apuro el paso
y corro tras el grito suplicante de mi oído
que no logro alcanzar.
Silvia Rodríguez Ares
1/4/2011
porque la noche que me encerraba
en su negror mortal
ha huido"
(versos de W. Blake citados por
A. Pizarnik en su poema "Desde esta orilla")
La extremada mansedumbre del silencio
se acomoda en un rincón del cuarto
y se adormece envuelta en un destello.
Es oscuro el tiempo del reproche,
de las voces afiladas, la asonancia del desdén...
Pero cuando la cadencia se hace blanca
transparenta el vientre de la noche
-y la boca que lo besa-.
El negror mortal se abre en una leve
sinfonía de palomas que ilumina la piel.
Silvia Rodríguez Ares
31/3/2011
y escapa el día
en la mitad de un gesto.
No debí callar
ni diluir mi nombre.
No debí dejar entrar la bruma
ni cerrar los ojos
cuando el pájaro de mal agüero
se filtraba en mi ventana.
Ahora el vidrio roto es negro,
el párpado rezuma bilis
y la mano sangra
sin saber por qué.
Silvia Rodríguez Ares
31/3/2011
la punta del iceberg.
Se deshiela la pasión.
Se abre la boca roja
del volcán
que grita al cielo
lo que el fuego socavó
cuando el invierno
de la carne
lo obligó a mutar
en lánguido escozor.
Silvia Rodríguez Ares
29(3/2011
y nunca
el cirio muere
y no.
Mi alondra vuela
lejos
el barco
ya partió.
Siento
que la vida va corriendo
a mis espaldas
y yo voy detrás.
Silvia Rodríguez Ares
28/3/2011
con los ojos ciegos
esa luz que se adelanta.
Siempre
más allá de las pisadas,
fuera
del alcance de las manos.
No comprendo
su sentido ni su forma,
sólo intuyo
la belleza de sus rayos.
Y eso
es lo que me hace caminar.
Silvia Rodríguez Ares
28/3/2011